El pasado jueves 4 de septiembre, cuando la ciudad dormía, funcionarios de la Alcaldía Local de Santa Fe, acompañados por la Policía Nacional, decomisaron sin previo aviso y sin diálogo el tráiler de trabajo de Martha Alicia. Fue un acto arbitrario contra una mujer de 54 años, enferma, madre y cuidadora, que por décadas ha sostenido con dignidad a su familia y ha servido con cariño a estudiantes de la Universidad Distrital y a pacientes del Hospital Roosevelt. Lo que le quitaron no fue solo un objeto: le arrebataron el sustento de toda una familia y rompieron un vínculo de confianza con la comunidad.
Este hecho no es aislado: revela cómo la administración de Bogotá persigue y despoja a los más vulnerables, en lugar de brindarles protección y alternativas. Martha Alicia es el reflejo de miles de trabajadores informales que mantienen viva la ciudad y que, sin embargo, son tratados como delincuentes. Por eso exigimos a la Alcaldía Local de Santa Fe y a la Alcaldía Mayor la devolución inmediata del tráiler y el respeto pleno de sus derechos. A la Personería de Bogotá le reclamamos una acción inmediata que impida que esta injusticia quede impune. La sociedad y la comunidad universitaria debemos rodearla, porque su lucha es también la lucha de miles de familias trabajadoras.
Lo decimos con claridad: no más atropellos. No más administraciones que gobiernan de espaldas al pueblo. La Bogotá de Carlos Fernando Galán no puede seguir pisoteando a las mujeres trabajadoras, madres y cuidadoras que levantan a sus familias con sacrificio. Si tocan a Martha, nos tocan a todos. Exigimos justicia, respeto y dignidad para ella y para toda la economía popular que sostiene con esfuerzo la vida de esta ciudad. Porque Bogotá no puede ser una ciudad de privilegios para unos pocos y persecución para la mayoría. Porque cuando un gobierno desconoce la dignidad de su gente, lo que hace es romper el pacto más sagrado: el respeto a la vida y al trabajo.