PrensaUP_ En un discurso pronunciado durante la posesión del nuevo magistrado de la Corte Constitucional, el presidente Gustavo Petro alertó sobre el verdadero rostro de la violencia en Colombia: ya no se trata de un conflicto político, sino de una guerra contra el crimen organizado transnacional, encarnado en lo que llamó la «Junta del Narcotráfico».
Petro fue contundente: «El enemigo hoy no es ideológico, es criminal». Criticó que el territorio colombiano está siendo tomado por estructuras mafiosas internacionales —albanesas, italianas, mexicanas, paraguayas— que operan con colaboradores locales. Estas redes, más allá del narcotráfico, controlan el tráfico de armas, personas, órganos y drogas sintéticas como el fentanilo, convirtiéndose en una amenaza directa a la soberanía nacional.
El mandatario desmitificó la narrativa tradicional sobre la violencia en el Cauca: los grupos armados que hoy actúan bajo el mando de alias ‘Iván Mordisco’ no son la guerrilla revolucionaria de antaño, sino «la fuerza articulada a la Junta del Narcotráfico». Es decir, ya no se trata de un proyecto político insurgente, sino de bandas criminales al servicio del capital mafioso globalizado.
Petro cuestionó si la Fiscalía ha investigado a fondo esta estructura, señalando que «hay personas que saben qué es la Junta del Narcotráfico» y que estarían detrás de planes para atentar contra su vida y la de su gobierno. Además, advirtió sobre la infiltración de estas mafias en las esferas del poder, utilizando el lavado de dólares y la corrupción para socavar al Estado.
En un mensaje dirigido a las bases críticas y progresistas, el presidente enfatizó que la lucha ya no es contra un «enemigo interno” de raíz política, sino contra un capitalismo criminal que opera sin fronteras. «El país está siendo agredido por organizaciones que ven en la globalización neoliberal la oportunidad perfecta para expandir sus negocios sangrientos», afirmó.
La advertencia de Petro parece clara: la izquierda debe reconfigurar su análisis de la violencia en Colombia, entendiendo que el verdadero poder detrás del caos no es la insurgencia, sino el entramado mafioso que ha encontrado en el modelo económico global su mejor aliado.
4/7/25