Eduardo Pulido García_ Rodrigo López Maya fue un viejo militante comunista, tenía el cabello albugíneo y una voz grave, que se proyectaba fácil rompiendo el silencio de cualquier espacio. Tengo voz de maestro de primaria, -decía en tono algo irónico y risueño, con su risa seca y pausada. Nació en octubre del 49 en Cali, en pleno comienzo de la violencia política, hijo de un militar de la Fuerza Aérea, llevó la rebeldía de la casa a la calle y se hizo dirigente estudiantil y fue expulsado del colegio Normal de Cali, luego siendo normalista llegó a Pereira y se vinculó al Partido en el año 74, (el año pasado fueron sus bodas de oro con el Partido Comunista) en un domingo Rojo, en el barrio La Isla de Cuba, se articuló con el trabajo magisterial y al año siguiente ya era presidente del Sindicato de Educadores de Risaralda.
No se puede entender la vida de Rodrigo López sin su militancia política, hace un par de años escribió sus memorias, que suerte haber consignado en el papel algo del legado que nos entrega a los comunistas colombianos: “Sea Realista, sueñe lo imposible”. Un libro de sus memorias como militante comunista, enmarcado en el contexto histórico internacional y nacional durante el transcurso de su vida, hace unos meses, nos sentamos en un café a platicar un poco sobre las motivaciones para la realización del libro, que esta entrevista, en su voz potente, se convierta en la memoria viva de su lucha.
-Rodri ¿cuáles fueron las motivaciones para escribir el libro?
Yo estoy convencido de que no se puede perder la memoria del Partido y la mejor forma de hacerlo es que quienes hemos militado en él escribamos, hay un presentismo social y político que es muy preocupante y eso se debe a una pérdida de lectura de nuestro pasado, hay que reconocer a nuestro partido como un sujeto histórico, social y político que está en medio de una Historia en disputa y que debe batallar por el reconocimiento de nuestro relato del pasado. Además nuestra lucha ha sido muy rica en todos los órdenes: agraria, sindical, juvenil, barrial, hemos dado una lucha de clases durante casi 100 años en diferentes campos y reconocernos como parte de ella, parte también de recoger nuestra memoria, para que las nuevas generaciones continúen con la lucha teniendo un marco histórico, que es también un acumulado y podamos tener por fin un partido resiliente, que pueda superar esos grandes golpes del pasado y seguir avanzando por la revolución y el socialismo.
También espero que este libro sea un llamado para que desde las regiones se construya la memoria del Partido, siguiendo las orientaciones del congreso, hay unos insumos importantes como el libro de la historia de los congresos, sin embargo aún falta que surja la voz desde los territorios, hay que construir una memoria histórica regional contrahegemónica; mi intención es aportar como sujeto histórico a ello: no podemos dejar perder nuestro acervo cultural, ha costado muchas vidas, es un deber ético y moral, hay que hacerle honor a nuestras luchas.-Rodri cuéntanos ¿por qué el título del libro?
Sea realista pida lo imposible, era una de las consignas de mayo del 68 en Francia y creo que sintetiza nuestro proyecto ético, la utopía debe seguir siendo nuestro norte, la razón de nuestras luchas. Siento que hay cierta contradicción dialéctica en esa frase, porque mientras el “ser realista” nos llama a leer la realidad, a ser objetivos, críticos, “pedir lo imposible” nos recuerda nuestro proyecto histórico como comunistas.
-Muy bello eso, ahora ¿de qué trata el libro, qué podemos encontrar en él?
El libro plantea un seguimiento a algunos de los grandes hechos de nuestra época desde la historia no contada. Los libros de historiografía oficial suelen desconocer las voces que configuran los acontecimientos, unos actores que hemos sido parte del pasado, pero que no nos encontramos presentes en él. Hay muchos libros que narran la historia desde las instituciones y las personalidades como si los otros agentes que constituimos la historia desde la resistencia histórica no existieramos, así que el libro es un poco eso: la historia desde la mirada de un agente de esa historia, un comunista que la ha visto y que también la ha construido.
Ante el duelo luctuoso de su muerte, que sea esta una invitación a pasear por las memorias del Rodri, hacer de su frase un mantra: “hay que ser Realista, hay que soñar lo imposible”, ojalá escuchando esa salsa de los hermanos Lebrón que tanto nos recordaba a él: “por cada Risa, hay diez lágrimas”. A lo que complemento: “el eco de cada risa retumba por 100 lágrimas”,
21/8/25