Prensa UP_ El presidente Gustavo Petro ha denunciado un intento de golpe de Estado fraguado desde sectores de la Justicia, con el objetivo de declararlo no facultado para gobernar. Según sus declaraciones, este plan no solo involucraría al exfuncionario Álvaro Leyva, sino también a organismos de las altas cortes y a medios de comunicación que, según él, actúan como cajas de resonancia de narrativas desestabilizadoras, como la acusación de que el mandatario sería «drogadicto».
Tienen a la fiscal fregada con su puesto, en el consejo de Estado, lo han demandado, cosa rara, en la sección que siempre falla en mi contra y hace «law fare», qué coincidencia, la misma sección que ha sacado mis embajadores, congresistas, alcaldes y gobernadores del Pacto…
— Gustavo Petro (@petrogustavo) July 2, 2025
Petro vincula este complot con redes de poder que operan en la sombra, incluyendo lo que describe como un «maridaje interno entre narcos y fiscales». Señala que estas estructuras habrían obstaculizado la presentación de la terna para fiscal general, buscando mantener en el cargo a figuras como la fiscal Mancera, a quien asocia con grupos investigados por narcotráfico. Incluso menciona que su propio hijo habría sido perjudicado por esta trama, en medio de lo que califica como una campaña mediática y judicial en su contra.
El mandatario asegura que la estrategia de Leyva y sus aliados incluía impulsar un proceso en la Comisión de Acusaciones del Congreso, aunque, según él, no lograron presentar pruebas concretas que respaldaran sus acusaciones. Además, denuncia que sectores políticos, encabezados por el presidente del Congreso, habrían llamado a desconocer su gobierno, lo que considera un acto sedicioso que debe ser investigado.
Petro sostiene que este intento de golpe parlamentario se desmoronó ante la presión social y la movilización masiva de la ciudadanía en su respaldo. Destaca especialmente el papel de las manifestaciones en Cali, donde miles de personas salieron a las calles, frustrando lo que él describe como un escenario planeado para mostrar su «soledad política». Según el presidente, este respaldo popular fue clave para desarticular la intentona golpista.
Sin embargo, advierte que el peligro persiste. Afirma que grupos armados como el Clan del Golfo y la llamada «Junta del Narcotráfico» estarían actuando en coordinación con actores políticos, buscando desestabilizar el país mediante ataques en regiones como el norte del Cauca y el sur del Valle. Incluso menciona un presunto plan para atentar contra su vida durante una visita a Cali, similar a lo que habrían intentado durante la COP16.
El presidente celebra la resistencia popular, destacando las masivas movilizaciones en Medellín como un punto de inflexión que, según él, selló el fracaso del complot. Anuncia que continuará su agenda de reformas sociales y convocará más marchas, como la prevista en Bucaramanga, en lo que describe como un renacer del movimiento comunero y la lucha histórica por la justicia social.
Finalmente, Petro reflexiona sobre el apoyo que, en el pasado, recibió de Estados Unidos en momentos de riesgo para su vida, pero deja abierta la pregunta sobre el papel que jugará el gobierno estadounidense en el futuro. Mientras tanto, insiste en que seguirá adelante con su proyecto, respaldado por lo que llama «la energía de la luz y el pueblo vibrante».
2/7/25