PRENSA UP_ En una votación determinante para el futuro del trabajo en Colombia, el Senado aprobó este miércoles la reforma laboral impulsada por el gobierno de Gustavo Petro, marcando un punto de inflexión en la protección de los derechos de los trabajadores. Tras dos meses de haber sido archivada por presiones de sectores económicos, la iniciativa fue retomada con ajustes que permitieron su avance, incluyendo garantías para pequeñas empresas. Entre los cambios más significativos están el reconocimiento de la jornada nocturna a partir de las 7:00 p.m., la eliminación de la contratación por horas y, de manera emblemática, el restablecimiento del recargo del 100 % por trabajar domingos y festivos, un derecho eliminado en 2002.
«Lo que se quitó en el año 2002, hoy se restituye! Aprobamos el 100 % de recargo por trabajar domingo y festivos. Es lo justo por el esfuerzo productivo y la generación de riqueza de la clase trabajadora», declaró con emoción la senadora, Aída Avella, ponente de la reforma y figura clave en su aprobación. La congresista, quien defendió con firmeza los postulados del gobierno del cambio, subrayó que esta victoria legislativa corrige dos décadas de retrocesos en materia laboral. Su liderazgo fue determinante para consolidar acuerdos en temas críticos, como la formalización de las madres comunitarias como empleadas del ICBF y los contratos laborales para aprendices del SENA.
La reforma establece además que el contrato indefinido será la regla general, buscando reducir la precarización laboral que afecta a millones de colombianos. Estos avances fueron celebrados por el presidente Petro, quien en redes sociales destacó: «Hoy el pueblo trabajador recupera lo que le pertenece». En un comunicado oficial, el Pacto Histórico señaló: «Una victoria de la clase trabajadora, de la movilización popular, del gobierno nacional, del trabajo y la convicción de una nueva realidad para el pueblo trabajador». Por su parte, el representante Gabriel Becerra, también del Pacto Histórico, enfatizó: «Esta reforma es gracias a toda la lucha por las reivindicaciones mínimas de la clase trabajadora, es un esfuerzo de las organizaciones sociales y de los trabajadores organizados que quieren un mejor bienestar».
Sin embargo, la oposición y algunos gremios empresariales insisten en que las nuevas cargas afectarán la competitividad, especialmente de las pymes. El gobierno asegura que se incluyeron cláusulas de gradualidad para mitigar impactos económicos. El camino no fue fácil: el proyecto había naufragado en abril por falta de consensos, pero su reimpulso —con modificaciones en plazos y excepciones para sectores específicos— logró sumar apoyos decisivos. Organizaciones sindicales, como la CUT, calificaron la aprobación como «un triunfo histórico», mientras analistas advierten que su implementación requerirá vigilancia para evitar efectos no deseados en el empleo formal.
Con esta votación, Colombia da un paso firme hacia un modelo laboral más justo, aunque el debate seguirá en la Cámara de Representantes, donde se definirán detalles clave. La reforma no solo refleja una victoria política para el oficialismo, sino que simboliza un cambio de paradigma: el Estado asume de nuevo su rol como garante de derechos laborales, tras años de flexibilización. #ElPuebloManda, pero el desafío ahora es equilibrar protección y productividad en una economía que aún lucha por reactivarse.
18/06/2025.