Por: UTL Aida Avella

Pedro Osorio ha partido al infinito, luego de una penosa enfermedad, se despidió de manera tranquila de sus hijos, María y Pablo y de su esposa la Senadora Aída Avella. Murió y vivió los últimos años en Ginebra Suiza en el exilio, desde siempre estuvo pendiente de su patria, con una honda preocupación por las desigualdades y las injusticias sociales; en esas lejanas tierras, dedicó su tiempo a la defensa de la paz y a la denuncia Internacional por la violación de los derechos humanos por parte del Estado; animador y organizador de la solidaridad internacional con Colombia.

Militante eterno de las justas causas, destacado dirigente sindical del sector estatal, fue miembro de la dirección del sindicato del Dane. Pedro se destacó por su enorme visión política y capacidad organizativa excepcional, logró articular el trabajo sindical de las y los trabajadores estatales, con los sindicatos de obreras y obreros y elaboro un nuevo concepto de la actividad sindical tanto en Fenaltrase ( Federación nacional de trabajadores estatales) como en Festrac, (Federación de trabajadores de Cundinamarca) importantes organizaciones sindicales que han hecho historia en las luchas de las y los trabajadores por sus derechos.

Profesor universitario y de las escuelas sindicales y populares.

Defendió con ahínco al lado de Jaime Pardo Leal, el derecho al  trabajo, a la estabilidad laboral y a la  carrera administrativa.

Como economista ayudó a la comprensión de las causas de la desigualdad social, a partir de investigaciones en el campo socioeconómico. Fue fundador y sobreviviente de la Unión Patriótica.

La praxis política era para Pedro una forma de vida. Buen conversador y con un gran sentido del humor, buen lector, amante de la literatura y el cine, de espíritu alegre,  solidario y amigable, amante de la naturaleza, la buena mesa, el buen vino y la música; realizaba con gran amor, dedicación y disfrute las tareas del cuidado de sus pequeños nietos, Anaís y Mateo.

Nos ha dejado  un gran dirigente y compañero. Para la Senadora Aída Avella, su hija e hijo, sus tres nietos, sus hermanas y para toda la familia, nuestro más profundo sentido de pésame. Decía el poeta, solo el olvido nos lleva a la muerte. Querido Pedro no te olvidaremos, hasta siempre compañero.