EXIGIMOS LA RENUNCIA DEL MINISTRO DE DEFENSA

Las nuevas revelaciones hechas en la última edición de la revista Semana sobre la persistencia de prácticas de espionaje y persecución contra cientos de ciudadanos, entre ellos periodistas, defensores de derechos humanos y líderes sociales y políticos por parte de la inteligencia del Ejército Nacional evidencia la inexistencia de garantías reales para ejercer y vivir la democracia en Colombia.

No se puede llamar democrático un Estado que persiste en espiar y perseguir a quienes amparados en la constitución ejercen el libre derecho a informar o hacer control y oposición social y política.

A pesar de existir antecedentes tan lamentables para el estado de derecho y la democracia como los relacionados con los escándalos del DAS que conllevaron a su liquidación tras probarse judicialmente su uso no solo para realizar seguimientos y “chuzadas”, sino también para ordenar y ejecutar asesinatos contra defensores de derechos humanos y opositores durante el periodo de gobierno del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, esta práctica no se detiene en el gobierno de Iván Duque.

La ley 1621 de 2013 señala que las labores de inteligencia y contra inteligencia deberán realizarse ceñidas “al respeto de los derechos humanos y al cumplimiento estricto de la Constitución, la Ley y el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos”, pero la doctrina del enemigo interno que continua empotrada en la mente de los principales dirigentes del Partido de Gobierno y sectores al mando del Estado y la fuerza pública sigue primando en la realidad y deshonrando su labor.

Nos sumamos al llamado del mundo democrático colombiano e internacional que rechaza estos hechos, nos solidarizamos con todos los ciudadanos víctimas, entre ellos también militantes de nuestra organización, reclamamos de la  Procuraduría y la Fiscalía justicia, una investigación independiente, imparcial y con urgentes resultados que conlleven a la identificación de los responsables materiales, intelectuales y políticos y a las garantías de No repetición.

La retorica de las “manzanas podridas” y las “exhaustivas investigaciones” terminan en más impunidad y nuevos escándalos, el gobierno debe asumir su responsabilidad política, la cúpula militar y el ministro de Defensa deben renunciar.

Para que la democracia, la paz y la reconciliación sean posibles en el país es imperativo transformar la doctrina y la mentalidad de los organismos militares y de seguridad del estado clausurando para siempre las concepciones del enemigo interno que ven en cualquier crítico u opositor una amenaza.

Bogotá, Mayo 4 de 2020.

UNIÓN PATRIOTICA