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El plan del Gobierno nacional para detener la crisishumanitaria es priorizar la atención social

En una sesión del Senado realizada hoy, la comisión de estudio encargada de analizar los decretos de Conmoción Interior para el Catatumbo presentó sus avances, en medio de un debate marcado por la ausencia de los ministros del gobierno y el liderazgo de la bancada oficial del Pacto Histórico. Este escenario político se da en un momento crucial, donde la intervención en el Catatumbo, una región históricamente abandonada, se enfoca en priorizar la atención social como eje central para transformar su realidad.

El Catatumbo, una región que ha sido víctima del abandono estatal, la violencia y la indiferencia, se encuentra en el centro de una intervención integral que busca sanar las heridas profundas causadas por décadas de olvido. Este territorio, símbolo de las crisis sociales y políticas que han marcado a Colombia, será escenario de una estrategia sin precedentes que prioriza la atención social y la recuperación humana. Con el respaldo de varios ministerios y una clara voluntad política, el gobierno actual se compromete a enfrentar una crisis que no inició bajo su mandato, pero que será una prioridad para su gestión.

La historia del Catatumbo está marcada por el abandono y la falta de voluntad política. Durante décadas, los gobiernos anteriores limitaron su intervención a medidas de seguridad militar, que no solo fracasaron en devolver la tranquilidad a la región, sino que profundizaron el ciclo de violencia y desesperanza. Hoy, el gobierno del cambio ha dicho «basta» y ha puesto en marcha una estrategia coordinada que busca transformar la realidad de esta zona. Los dieciséis decretos de Conmoción Interior son el primer paso hacia una intervención que no se limita a lo militar, sino que prioriza la recuperación social y económica del territorio.

Con el liderazgo de los ministerios de Agricultura, Ambiente, Prosperidad e Igualdad, entre otros, se están implementando proyectos que buscan construir un camino hacia la paz y el desarrollo. El Decreto 131, por ejemplo, ha permitido agilizar la inversión en proyectos vitales para la región, reasignando recursos del Sistema General de Regalías y priorizando las necesidades urgentes del Catatumbo. Más de 155 mil millones de pesos se destinarán al desarrollo regional, mientras que 5 billones de pesos se enfocarán en iniciativas de paz y una asignación ambiental superará los 204 mil millones. Estas cifras no son solo números; representan esperanza para miles de familias que han sufrido el impacto de la violencia y el abandono.

Además, el gobierno ha implementado medidas como el Decreto 0135, que brinda flexibilidad a los entes territoriales para reorientar sus recursos y atender la crisis sin comprometer vigencias futuras. Esta medida no solo es técnica, sino que refleja un acto de confianza en las comunidades y sus líderes. Por su parte, el Decreto 0136 garantiza que los recursos del Sistema General de Participaciones se utilicen de manera eficiente y prioritaria para atender la emergencia en el Catatumbo. Estas acciones demuestran un compromiso real con la transformación de la región.

El llamado del gobierno es claro: el Catatumbo no puede esperar más. Esta intervención integral es un acto de unidad, solidaridad y esperanza, que busca demostrar que, con voluntad política y compromiso social, es posible cambiar el curso de la historia. Desde el gobierno del cambio, se reafirma que el Catatumbo no está solo y que, juntos, se construirá una Colombia donde la paz no sea un sueño, sino una realidad tangible para todos sus habitantes. La sesión de hoy en el Senado, aunque marcada por ausencias, refuerza la urgencia de avanzar en este proceso histórico.