Por: Jaime Cedano Roldán
Bogotá, enero 30 de 2025
Hoy 30 de enero se cumplen dos años de la notificación por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la sentencia de condena contra el Estado colombiano por el exterminio cometido contra la Unión Patriótica, el movimiento político surgido del Acuerdo de Tregua, Cese al Fuego y Paz de la Uribe firmado en el año 1984. El propósito fundacional de la UP fue consolidar el proceso de paz y contribuir a la apertura democrática del país concebida en el acuerdo, ofreciéndole al pueblo colombiano una alternativa política diferente a los partidos tradicionales.
En noviembre de 1985 se realizó el congreso constitutivo de la Unión Patriótica con la entusiasta presencia de delegaciones de todo el país, especialmente de la Colombia profunda históricamente golpeada por las violencias y el conflicto armado. En 1986 la UP participa en las primeras elecciones con unos positivos resultados que le permiten la elección de una destacada bancada parlamentaria, de varios centenares de concejales y decenas de alcaldes y alcaldesas.
Pero los enemigos de la paz sentenciaron a muerte a la Unión Patriótica, a su militancia y a la de los partidos políticos y organizaciones sociales que la conformaban, como el Partido Comunista Colombiano, la Centra Nacional Provivienda y diversos sindicatos. Más de seis mil de sus militantes fueron victimas de homicidio, desplazamiento forzado, desapariciones, torturas, amenazas, montajes judiciales y exilio.
La sentencia de la Corte donde se reconoce el carácter político del exterminio y la responsabilidad directa de agentes del Estado, fue una conquista de las victimas y sobrevivientes y de la Corporación Reiniciar que durante treinta años trabajaron sin descanso por la justicia, por la verdad y contra el olvido. El gobierno del presidente Gustavo Petro ha reconocido la responsabilidad internacional por el exterminio y expresado el total acatamiento a las medidas reparadoras contempladas en la sentencia. Sin embargo, a dos años de la notificación no hay avances en las medidas reparadoras como tampoco se ha concretado el acto oficial de reconocimiento de responsabilidad internacional.
La conmemoración de la sentencia se realiza en momentos muy delicados para el país. En Catatumbo, Arauca, Chocó y otras regiones crece la violencia contra las comunidades y continúa el asesinato sistemático de los firmantes de paz. Colombia no puede volver a las viejas épocas que pensábamos se estaban superando.
Es la hora de la paz total.
Nunca más otro genocidio